¿Cómo sobreviven los animales al verano?

El verano se aproxima y millones de animales en todo el mundo deben enfrentarse a él. Descubre aquí cómo se protegen del calor excesivo y cuáles son las enfermedades más peligrosas en verano.

Jose Romero

Actualizado el 01/02/2017 a las 17:15

En el verano el aumento de las temperaturas, las numerosas horas de luz y un sol con mayor intensidad hacen que el cuerpo de animales y personas tenga que adaptarse y cambiar muchos de sus hábitos invernales.

¿Cómo sobreviven los animales al verano?
¿Cómo sobreviven los animales al verano?

Estos cambios afectan también a nuestras mascotas, por lo que si queremos que nuestros amigos peludos puedan disfrutar plenamente del verano conviene estar informados de los problemas y enfermedades que pueden sufrir y cómo prevenirlos, así como de algunas recomendaciones para protegerlos del calor.

Por ejemplo, ¿sabías que la temperatura de un coche estacionado a pleno sol puede aumentar en una media de 0’7ºC por minuto? Eso significa que, si dejamos a nuestra mascota dentro, el coche será una trampa mortal en menos de media hora. Lamentablemente, muchos animales mueren así cada verano.

Por todo ello, antes de abordar los cambios que experimentan los animales domésticos hablaremos primero de migraciones y adaptaciones de los animales salvajes.

Migración de los animales en verano

La migración es una técnica de supervivencia que utilizan muchos animales. Se trata de un desplazamiento en busca de las condiciones adecuadas del entorno. La mayoría de las especies que migran lo hacen para evitar temperaturas extremas, así en invierno buscan lugares más cálidos y en verano huyen del calor hacia zonas más frescas.

Las aves suelen realizar las migraciones más largas, con desplazamientos que llegan hasta 70.000 km como es el caso del charrán ártico. En la península ibérica podemos ver grullas que a principios de Octubre llegan para evitar el frío del invierno del centro y norte de Europa y también golondrinas que en verano se desplazan desde África con intención de reproducirse y evitar el clima excesivamente cálido y seco.

La disponibilidad de recursos como alimento o cobijo y la ausencia de depredadores son otros de los motivos por los suelen realizarse migraciones. Es el caso de los ñus y cebras que se desplazan del Parque Nacional del Serengueti a la reserva de Masai Mara en busca de pasto y agua, incluso cruzando el río Mara para ello.

En menor escala la ganadería tradicional también se ha beneficiado de las migraciones, aprovechando los pastos de alta montaña en verano y bajando a los valles en épocas más frías. A este tipo de pastoreo en continuo movimiento se le denomina trashumancia.

De cualquier forma, una migración supone un gasto importante de energía para el animal aunque resulta beneficiosa a la larga porque permite que sobrevivan. No es la única manera que tienen los animales de enfrentarse a las condiciones del medio ambiente. Muchas especies permanecen en la misma situación geográfica durante toda su vida y se adaptan a las variaciones climáticas que hay en ella.

Adaptación de los animales en verano

La migración es sólo una de las opciones que tienen los animales para soportar el verano. Hay otras técnicas como cambiar el pelaje o el propio metabolismo para adecuarse a la variación estacional.

El cambio de pelaje o plumas se produce en la mayoría de los animales como forma de adecuarse a las nuevas temperaturas. El pelaje o plumaje de invierno es una capa más gruesa, densa y relativamente impermeable. Por el contrario en verano se hace más ligero permitiendo que el calor del animal pueda disiparse. Algo parecido a lo que hacemos los humanos con la ropa: en invierno jerséis, abrigos e impermeables y en verano telas más finas y transpirables.

En los animales este “cambio de ropa” también puede verse con diferentes colores. Los tonos blanquecinos y grises del invierno dan paso a otros más marrones, pardos y rojizos del verano. Esto es, una vez más, para adecuarse al entorno y confundirse con la tierra y vegetación de alrededor, así como para protegerse mejor de los rayos solares.

En verano no solo varía la temperatura, también otros factores como radiación solar o cantidad de agua disponible y es necesario para los animales estar preparados para tales cambios. La radiación solar en verano es más intensa ya que los rayos del sol inciden de forma más perpendicular en la tierra.

Habitualmente los animales que reciben más radiación solar, como los que viven en zonas cercanas al ecuador, tienen una piel más gruesa y oscura que les protege frente a rayos solares y picaduras de insectos. También regulan sus horas de actividad, reservando el ejercicio para horas de penumbra y descansando en las horas en las que el sol tiene máxima intensidad.

Otro factor que suele ir ligado a las temperaturas altas es la ausencia de agua. Durante los meses más cálidos, y con mayor expresión en zonas áridas, las precipitaciones disminuyen y los animales tienen que buscarse formas alternativas para conservar y obtener agua. Un claro ejemplo de ello son los camellos y dromedarios que son capaces de almacenar grasa en sus jorobas de la que luego sacan energía y agua para sobrevivir hasta siete días. Además tienen unos riñones muy eficientes que evitan el desperdicio de agua y sales.

El comportamiento de los animales varía frente al calor. Suelen distanciarse unos de otros y adoptar posturas que favorezcan la pérdida de calor, estirarse, recostarse en lugares húmedos o sobre materiales que disipen el calor de su cuerpo. Es habitual que busquen zonas con temperaturas más suaves, corrientes de aire o cobijo frente a los rayos solares. También les interesa tener cerca alguna fuente de agua que les permita refrescarse. En este sentido, los animales tienen comportamientos muy similares a los de los humanos frente a las altas temperaturas.

Las ovejas tienen su particular forma de protegerse del sol, su cabeza es una zona desprotegida ya que no tiene apenas lana en esta parte y su piel es clara en la mayoría de las razas. Para evitar tener expuesta cabeza y cuello a la los rayos solares el rebaño se junta, y mete la cabeza por debajo de la lana de las compañeras.

Las mascotas tienen su propia forma de adaptarse al calor, pero en muchas ocasiones necesitan de nuestra ayuda. Vamos a hablar ahora de cómo les afecta el verano a los animales que tenemos en casa.

¿Cómo les afecta el verano a las mascotas que tenemos en casa?

Los animales salvajes se enfrentan a condiciones adversas y todo tipo de variaciones climáticas y también las mascotas, aunque en menor medida, se ven afectadas por ello.
Las animales domésticos habitualmente viven en un ambiente controlado más parecido al que tenemos las personas que al que tienen otros animales que viven en plena la naturaleza. Aun así son capaces de sentir la estacionalidad.

La mayoría de los animales domésticos son homeotermos, lo que significa que tienen una temperatura más o menos constante en su medio interno, independientemente de las condiciones que haya en el ambiente. Esto supone un gasto de energía cuando las condiciones externas son extremas, ya sea para producir calor en invierno o para eliminarlo del cuerpo en verano.

Existen algunas mascotas como los reptiles que son poiquilotermos, es decir, que su temperatura interna varía mucho en función de la temperatura del lugar en el que se encuentre. Es por eso que un lagarto puede estar a 40ºC mientras toma el sol y por la noche bajar hasta 18ºC.

Los peces mantienen una temperatura interna similar a la del agua en la que habitan. Será importante para este tipo de mascotas tener un lugar aclimatado durante todo el año.
Probablemente hayas notado que el comportamiento de tu mascota cambia con las estaciones. Al igual que los animales silvestres los animales domésticos varían sus periodos de sueño y actividad. Además durante el verano buscan los sitios más fresquitos de la casa e incluso comen menos que en invierno.

El pelaje de las mascotas disminuye en densidad y algunas veces incluso en longitud de pelo durante el verano. Si alguna vez habéis convivido con un perro sabéis que en ciertas épocas del año es necesario cepillarlos más veces o durante más rato, porque la pérdida de pelo es mucho mayor.

También es cierto que muchos de los animales que viven en casas climatizadas con calefacción en invierno y sistemas de refrigeración en verano han perdido esta estacionalidad en el pelaje y la variación es menos clara.

¿Qué mascotas sufren más durante el verano?

Actualmente hay muchos tipos de mascotas domésticas y cada una se enfrenta a las variaciones de temperatura de una forma distinta. Los perros y gatos siguen siendo los animales más frecuentes en nuestros hogares aunque también abundan los pequeños roedores, aves, conejos, etc. Estos animales mantienen una temperatura interna dentro de unos límites pero no es la misma temperatura en todos ellos.

Cada tipo de animal o incluso cada animal en concreto tiene un rango de temperatura en el que se encuentra más cómodo. Mantenerse a esa temperatura sería la situación ideal, pero no siempre es posible y tienen que buscar la manera de regular su temperatura. Las aves suelen tener una temperatura interna de 40ºC, los perros alrededor de los 38ºC frente a los humanos que estamos a 36-37 ºC.

Determinados animales pueden verse más afectados por el calor como los que tengan obesidad o un pelaje muy denso (más propio de zonas frías) no puedan desprenderse del calor interno con la misma facilidad. También hay razas de perros que tienen dificultades respiratorias y no transpiran lo suficiente si las temperaturas son muy altas. Aquellos animales que caminan a poca distancia del suelo puede absorber todo el calor que este desprende haciéndoles más difícil mantener su temperatura interna.

Es necesario conocer a nuestro animal y saber cómo el calor o el frío puede afectarle. Cada individuo será más o menos sensible a cada situación. El entorno en el que habitemos también determinará qué factores son más peligrosos y que enfermedades son más frecuentes.

Principales enfermedades que sufren las mascotas en verano

Durante todo el año los animales pueden sufrir diferentes tipos de enfermedades pero hay algunas que se acentúan en ciertas épocas del año. En verano el aumento de temperatura y las poblaciones de insectos hacen que sea más frecuente tratar con golpes de calor, picaduras y otro tipo de enfermedades que veremos a continuación.

Golpes de calor en las mascotas

El golpe de calor se produce cuando la temperatura interna del animal aumenta y el organismo no es capaz de disipar el calor por sus métodos habituales. Puede afectar a todo tipo de animales independientemente de edad, especie o sexo pero parece haber más prevalencia en perros de razas braquicéfalas, que son los que tienen hocico corto, como Bull Dogs o Carlinos.

El estrés por calor se ve acentuado en ellos porque no pueden ventilar correctamente, el jadeo se intensifica y su ritmo cardiaco se acelera notablemente. Además son más susceptibles al calor que proviene del suelo por su estatura.

Es una patología también muy frecuente en cerdos, que tienen muy pocas glándulas sudoríparas y una capa de grasa aislante bajo su piel. En perros también se dan muchos casos cuando se quedan encerrados en coches al sol, la temperatura del interior del coche aumenta y también la humedad relativa lo que imposibilita la refrigeración del animal. Lamentablemente, cada verano se producen casos de este tipo en perros por la irresponsabilidad de sus dueños.

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El organismo que tiene un golpe de calor puede llegar a sufrir un fallo multiorgánico. Los síntomas habituales son: jadeo muy marcado, bajo nivel de actividad, aumento de la frecuencia cardiaca y la temperatura corporal (se puede notar como su piel, hocico y orejas están más calientes de lo normal). Pueden llegar a sufrir síncopes, en los que el animal pierde la consciencia, entrar en coma o incluso morir cuando la situación no se soluciona. Es un cuadro grave y urgente y se precisa atención veterinaria. Para mitigar los síntomas hay que refrescar al animal, mojándolo y aplicando frío en cabeza, cuello, ingles y axilas.

Deshidrataciones en las mascotas

Como ocurre en los seres humanos la hidratación es un pilar importante en la salud de los animales. Un correcto estado de hidratación permite al organismo realizar sus funciones con normalidad. La deshidratación se produce cuando la pérdida de agua no es compensada con el aporte de líquidos. Esta pérdida de agua se ve aumentada con temperaturas altas y es importante que animal la restituya.

Las deshidrataciones son frecuentes en animales como los caballos, que tienen mucha facilidad para sudar. El sudor tiene una función refrigeradora para el cuerpo del animal, lo moja y refresca la piel, pero esto supone una pérdida importante de agua y sales. Habrá que reponer esa pérdida mediante ingestión de líquidos para evitar problemas en el organismo.

En caso de que no se repusieran el animal podría tener síntomas como mucosas secas, ritmo cardíaco acelerado, disminución de la cantidad de orina, ojos más hundidos y piel menos elástica de lo normal. Puedes saber si tu mascota sufre una deshidratación con un pellizco en la piel de los hombros, si al soltarlo la piel vuelve a su sitio de forma más lenta de lo normal significa que no está correctamente hidratado.

Si deseas ampliar más información sobre la importancia de una correcta hidratación en perros y gatos, no te pierdas estas guías:

Aumento de picaduras de insectos

Las temperaturas suaves y la humedad que suele acompañar a la primavera crean el ambiente perfecto para la proliferación de insectos. Es muy común que se den brotes de pulgas, garrapatas y zonas en las que aumenta considerablemente la cantidad de mosquitos.

Una infestación masiva de insectos puede provocar una enfermedad, con molestias del animal por las picaduras, anemias y heridas secundarias al rascado. Sin olvidarnos que cada vez hay más casos de alergias a picaduras de insectos. En estos casos una sola picadura puede desencadenar una respuesta alérgica que va desde un enrojecimiento de la piel más cercana a un enrojecimiento de toda la piel, habones, picor excesivo, edemas y cierre de la glotis que impida respirar al animal.

Pero los insectos también son el vector de transmisión de enfermedades graves como la leishmaniosis, dirofilariosis y anaplasmosis.

Las garrapatas pueden causar una Erliquiosis en el caso de los perros, pudiendo convertirse en una enfermedad bastante grave.

Quemaduras solares en mascotas

El sol resulta muy potente en verano y es necesario que personas y animales se protejan de sus radiaciones dañinas. Al igual que nosotros podemos sufrir una quemadura solar si nos exponemos al sol sin protección las mascotas se pueden ver también afectadas.

Los animales de piel clara y que tengan poco pelo serán más sensibles. Existen sprays con factor de protección solar para animales y es recomendable que dispongan de sombra en las horas de máxima radiación.

Otitis en animales

Con la temperatura ambiental alta es frecuente que los animales se den algún chapuzón. Un exceso de humedad en el conducto auditivo puede ser la causa predisponente para que se dé una otitis. Son más sensibles a este problema los animales de orejas caídas, que dificultan la ventilación del oído. La patología puede causar dolor y picor en el oído, mal olor, secreciones, sacudidas de cabeza y heridas en el interior del pabellón auditivo consecuencia del rascado.

En casos graves puede incluso perforarse el tímpano y dar síntomas nerviosos. Hay muchos tipos de otitis y cada una tiene su tratamiento específico por eso es importante visitar al veterinario ante este problema y con los primeros síntomas para evitar cuadros graves o crónicos que podrían acabar con pérdida de audición.

Enfermedades contagiosas

En verano se dan un número alto de casos de enfermedades infecto-contagiosas, sobre todo aquellas en las que hay una transmisión feco-oral, esto es debido a que con las condiciones tan propicias en estas temperaturas, los microorganismos son capaces de reproducirse o mantenerse en el ambiente y ser fuente de infección para otros animales.

Hay que tener cuidado con animales jóvenes o no vacunados especialmente si tenemos brotes cercanos. Las enfermedades más frecuentes son parásitos intestinales o aquellas que causan cuadros gastrointestinales.

Alergias

Además de alergia a las picaduras de insectos nuestras mascotas pueden desarrollar alergias a plantas u otro tipo de alérgenos ambientales. En muchos casos se desconoce el origen de la alergia pero se puede ver que esta aparece con cierta estacionalidad.

Intoxicaciones

En primavera y verano surgen hierbas en cada rincón y algunas de ellas pueden ser tóxicas si se ingieren. Además se usan muchas sustancias como herbicidas o biocidas para el control de plagas en determinados lugares, por lo que si sacamos a pasear a nuestra mascota tendremos que asegurarnos que sea una zona segura.

Frente a cualquier sospecha de alguna de estas enfermedades hay que consultar con un veterinario, aunque la prevención sigue siendo la mejor lucha contra cualquier enfermedad. Aquí tienes unos consejos para disfrutar del verano con tu mascota y minimizando todos los riesgos.

Consejos para la seguridad de las mascotas en verano

Como hemos visto, en verano nuestras mascotas pueden verse afectadas por diferentes enfermedades, así que lo mejor para prevenirlas es estar informados y prepararlos para soportar las temperaturas estivales. Aquí os dejamos algunas pautas:

  • Programar los paseos en las horas más fresquitas del día: los paseos y actividades que impliquen mayor ejercicio deberán ser realizados al amanecer o atardecer evitando las horas más cálidas. En especial si tu mascota es un perro de raza sensible al calor.
  • Tener siempre una fuente de agua a disposición: tanto dentro como fuera de casa nuestro animal tiene que poder beber con una frecuencia suficiente para no deshidratarse. Para incentivar el consumo de agua en nuestra mascota debemos mantener el agua fresca y limpia. También podemos aumentar el número de bebederos.
  • Disponer de sombras y zonas frescas: ya hemos visto que en periodo estival los animales tienen más periodos de descanso y buscan lugares donde protegerse del calor y los rayos solares por eso es importante que les facilitemos el acceso a estos lugares.
  • Protección frente a insectos: este es un punto muy importante en la prevención de enfermedades, ya sean las producidas directamente por insectos o las que puedan ser transmitidas por ellos. En la mayoría de casos el ambiente en el que se mueve nuestra mascota es muy amplio (casa, calle, parques…) y es casi imposible controlar a los insectos en todo el territorio. La opción más utilizada es proteger directamente al animal para que los insectos no se asienten en él. Existen antiparasitarios en numerosos formatos como pipetas, sprays, lociones o pastillas para las diferentes necesidades de dueños y mascotas. Además conviene conocer y evitar las zonas con mayor población de insectos, por ejemplo no pasear al atardecer por zonas cercanas a aguas estancadas o ríos para evitar la exposición a poblaciones de mosquitos.
  • Protecciones específicas frente a enfermedades de tu zona: consulta con tu veterinario las enfermedades a las que está expuesta tu mascota en la zona en la que vives, o si vas a viajar a otra zona distinta. Hay enfermedades que son más típicas de algunas zonas y se pueden prevenir de forma específica. Por ejemplo el valle del Ebro es una zona habitual de Leishmaniasis y en los perros conviene reforzar la protección frente a flebótomos, así como administrar medicamentos o vacunas específicas. Lo mismo podría pasar con zonas en las que la peritonitis infecciosa felina tiene mayor riesgo, como criaderos , lugares cercanos a colectividades de animales o donde haya población felina salvaje que puede actuar como portador.
  • Prevenir quemaduras solares: si tu animal es blanco y tiene zonas desprovistas de pelo es fácil que se queme si lo expones a los rayos solares. Evita las horas de mayor intensidad que son las del centro del día y procura que tu animal tenga una zona para resguardarse del sol de la misma forma que te proteges tú. Además, puedes protegerlo con lociones con factor de protección solar para animales.
  • Los baños son un aliado para soportar las altas temperaturas pero conviene tratarlos con cuidado: la efectividad de algunos antiparasitarios externos puede verse disminuida si el animal se baña justo después de su aplicación o de forma continua. Además ciertos problemas de piel pueden empeorar si mantenemos el exceso de humedad. Para prevenir las otitis, hay que secar el pabellón auditivo después de cada baño, siempre con una gasa y por la parte externa; no está aconsejado el uso de bastoncillos.

Esperamos que toda esta información te sirva para conocer mejor a tu mascota y saber cómo puedes protegerla frente a las altas temperaturas del verano. Recuerda que los animales pueden sufrir de la misma manera que nosotros con el calor y que hay que tratarlos con responsabilidad!

Solo nos queda recomendarte que, si tienes cualquier duda o quieres contarnos cómo se comporta tu mascota en verano, nos dejes un comentario aquí abajo.

¡Ah!, y si quieres saber cuáles son los cuidados que necesita tu mascota con el frío, no te pierdas esta guía: ¿Cómo sobreviven los animales al invierno?

Escrito por: Jose Romero

Ingeniero Técnico en Informática de Sistemas. Especialista en marketing digital e IA con más de 15 años experiencia, donde ha podido trabajar para marca líderes en sus industrias como IKEA, Samsung, Mastercard, Mapfre, Endesa... en sectores clave como el los seguros, banca, ecommerce, telecomunicaciones y energía, habiéndose especializado en performance marketing y analítica digital. Ha pasado por varias de las mayores agencias a nivel internacional como Cheil Worldwide y McCann (MRM).

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